De la terminal de ómnibus nos vinimos en un par de taxis hasta el que sería nuestro hospedaje en esta aventura: El Duende Azul.
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Pasadas las 13 horas llegábamos y bajábamos nuestro equipaje |
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La escalera de entrada al Duende Azul |
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Por fin, luego de 16 horas y media de viaje en ómnibus, habíamos llegado a nuestro destino.
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Poco después llegaría nuestro guía, con el cual charlaríamos en una mesita del patio. Para mi desilusión él se negaría a acompañarnos al Uritorco, diciendo que el grupo no estaba apto para tal desafío. Y aunque me fastidié bastante, luego tuve que dejar de lado mi egoísmo, ya que había otro grupo de personas al que nos uniríamos en las salidas y posiblemente varios no estaban preparados para trepar 2000 metros, ni era tampoco esa su intención. En mi interior lo deseaba realmente y sentía que sí estaba preparada y hubiera puesto todo mi esfuerzo y tenacidad en ascenderlo. Pero ya aprendería a calmar mi ansiedad con el correr de los días, y este desafío personal, estoy mas que segura que pronto lo voy a cumplir.
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